La vida en la Tierra sólo es posible gracias a nuestros suelos. La presencia de millones de organismos habitando el suelo contribuye de múltiples maneras a nuestro bienestar.  A veces olvidamos todos los servicios que el suelo nos brinda. Frecuentemente lo tratamos como un cuerpo inerte, hasta como una mercancía más,  que si le echamos agua y fertilizantes nos permitirá un cultivo.  Se requieren decenas de años, hasta siglos, para que se forme un suelo profundo, sano y fértil, pero su degradación puede ocurrir en muy corto tiempo.  El suelo es un recurso finito, un recurso natural no-renovable en nuestra escala de tiempo.  Algunos cambios son irreversibles. No manejarlo en forma cuidadosa es un error que conduce a  nuestros pueblos a un futuro incierto. 

 

El libro Mira dónde pisas nos ayuda a entender la complejidad y la importancia de la biodiversidad existente en los suelos y  a apreciar  sus contribuciones a nuestro bienestar y a la vida en el planeta.

 

Estas son algunas de esas contribuciones: