En el antiguo Egipto se veneraba a un pequeño escarabajo que vivía en el suelo. La devoción a esta criatura persistió por milenios. Hoy los turistas que visitan el país se llevan a sus hogares escarabajos tallados en piedra o moldeados en cerámica como recuerdo. Lo hacen sin saber que se trata de un bichito coprófago, si… que come caca.

El escarabajo sagrado de los antiguos egipcios es una de las más de 5.000 especies de escarabajos que se alimentan casi exclusivamente de estiércol de mamíferos. En este capítulo aprendemos sobre su vida, gran parte de la cual la pasa en una cámara subterránea. De allí sale en busca de su manjar predilecto: las bostas, y si están frescas, mejor. Las ubica gracias al poderoso sentido del olfato de sus antenas.

Los egipcios los veneraban; hoy nosotros recién estamos descubriendo las valiosas contribuciones de los escarabajos estercoleros. Si no fuera por ellos tendríamos un problema grave : una enorme acumulación de bosta y de moscas. ¿Lo vemos en el próximo capítulo?