Los suelos son resilientes. Cuando alguna especie deja de funcionar, cuando algún equilibrio se quiebra, surgen naturalmente mecanismos de reparación: otras especies toman el lugar de la desaparecida y se establece un nuevo equilibrio. Pero esa resiliencia tiene sus límites. Puede suceder que alguna especie comience a funcionar fuera de los controles de la Naturaleza y entonces adquiere una notoria supremacía sobre las demás, con la capacidad para provocar enormes cambios, a veces irreversibles. Eso fue lo que sucedió cuando surgieron los Homo sapiens, los inteligentes inventores.

Un invento clave fue la agricultura. En este capítulo comentamos sobre la evolución de la agricultura y sus impactos en los suelos, desde que se empezaron a utilizar rústicas herramientas hasta la moderna agricultura mecanizada y de altos insumos de la Revolución Verde. El énfasis está en los impactos en los suelos del laboreo y del uso de agroquímicos.